GENIOS

No se trata tanto de individuos superinteligentes (aunque hablar de inteligencia es meterse en berenjenales de difícil salida) como de individuos de gran capacidad creativa y originalidad. Lo que señala Schopenhauer al respecto resulta ilustrativo: “El talento alcanza lo que nadie puede alcanzar, el genio alcanza lo que nadie puede ver”.  

Entiendo que los genios son clasificables de acuerdo atendiendo al modo en que han adquirido su genialidad, es decir, de la relación que presenten entre lo innato de su genio y lo adquirido, del aprendizaje, las capacidades que ha ido formando y acumulando durante su desarrollo cognitivo y social. En la actualidad y desde las neurociencias, se suele resumir como la relación entre la influencia genética y la epigenética. Y, obvio resulta, facilita la aparición del genio un ambiente cultural e intelectivo propicios, así como el ejercicio de la confrontación intelectual, sobre todo, en la infancia.

A un primer tipo de genios pertenecen aquellos individuos introvertidos, investidos de gran talento, que buscan incesantemente relaciones analógicas y de causa-efecto al contemplar el mundo, y que muestran un desorbitado interés en el ejercicio de labores intelectivas.  Con las relaciones que vislumbra elabora un plano mental sobre el que emite un torbellino de conjeturas acerca de la realidad que percibe. ¡Y añadamos su atención!, pues una vez que focalizan un asunto, no existe para ellos nada más en el mundo.

Podemos considerar a Arquímedes como ejemplo de este tipo. La humanidad le debe descubrimientos tan sorprendentes como la ley de la palanca, el empuje que ejercen los fluidos, un método de cálculo infinitesimal, fórmulas matemáticas diversas, armas para la defensa de Siracusa, y tal vez el mecanismo de Anticitera, que podemos considerar la primera computadora analógica. Nos dice la leyenda que, encontrándose en el baño, percibió que la densidad de su cuerpo disminuía en el agua, saliendo desnudo a la calle al grito de ¡Eureka! en el momento de percatarse del empuje. Tras dos años de asedio y habiendo los romanos conquistado por fin la ciudad de Siracusa, su atención, como si la guerra y la pérdida de la ciudad apenas tuviesen importancia para él, estaba anclada en escribir una fórmula en la arena de la playa, cuando un soldado romano le dio muerte.

Otro buen ejemplo de este tipo es Einstein, buscador incesante de analogías e imaginativo trazador de hipótesis. El caso es que no era muy ducho con el aparato matemático, pues tuvo que valerse de la habilidad de Lorentz, Minkouski, Riemann, Ricci, Christofer para que la Relatividad adquiriese una consistente forma matemática. Pero ¿qué otra imaginación sino la suya idearía el cabalgar sobre un rayo de luz, el caer con un ascensor al que se le han desprendido los amarres, o el de imaginar la luz como corpúsculos que chocan con los electrones de un metal? De tales idealizaciones surgieron la Relatividad Especial y General, así como la explicación del efecto fotoeléctrico. Y su capacidad de atención. En conversación con Lorentz sobre la Relatividad, encendió un cigarro puro que se consumió sin haberlo llevado una sola vez a los labios.

Otro tipo de genios debe su genialidad a una vida intensa y viajera, junto con una gran imaginación y periodos prolongados de análisis y de organización de recuerdos para idear imaginativamente un bello edificio mental. Los genios literarios suelen ser de este tipo. Aunque existen ejemplos en otras áreas del conocimiento.  Por ejemplo, Darwin enfrascado durante buena parte de su vida en labores de acopio de datos y extracción de relaciones. Pero el ejemplo que expongo y que es representativo del tipo es Cervantes, el autor del Quijote. Viaja durante años por toda Italia, Portugal, por Castilla, por Andalucía, pasa cinco años como cautivo en Argel, es encarcelado en cuatro ocasiones y, toda esa vida de aventuras y prisiones, la proyecta en el personaje más célebre y encumbrado en la literatura mundial, Don quijote de la Mancha. Un libro de ideal caballeresco que pretende dar fin a los libros de caballerías, un libro épico, lírico, trágico, cómico, donde los ojos del protagonista ponen máscaras a la realidad, donde se confunden molinos cueros de vino con gigantes, rebaños de ovejas con ejércitos, donde una cabeza de bronce responde a las preguntas que se le hacen, donde algunas gentes que viven en la segunda parte del libro han leído la primera e incluso la parte apócrifa, y donde, incluso, aparece un personaje del Quijote de Avellaneda. Un libro donde la bondad, el amor puro y el ideal caballeresco se enfrentan a un mundo grosero que les vence o les toma a broma. La más genial creación literaria de los siglos.

Existen genios que, con esfuerzo temprano y debido a una fuerte presión familiar, han desarrollado capacidades extraordinarias, como Mozart, Von Newman…, siendo numerosos los de estirpe judía… Pero existe un tipo especial de genios, a los que se conoce como Savant, que, de forma innata tienen aptitudes extraordinarias para el arte, para el cálculo matemático, para tener una memoria prodigiosa, para la memorización de mapas…, teniendo, por lo general, una escasa capacidad intelectual, y siendo una buena parte de ellos autista.

Sin embargo, existió un joven indio, Srinivasa Ramanujan, cuya prodigiosa mente participaba en algún modo de las capacidades innatas de los Savant, pero cuya inteligencia era extraordinaria. Ramanujan era capaz de sumar series de gran complejidad, expresó hasta 3900 fórmulas que no parecen ser producto de una deducción ni haber sido demostradas, fórmulas que ahora se hacen servir para la Teoría de Cuerdas o para el estudio de los agujeros negros. Como algunos Savant, que parecen ser casos de anunciación sinestésica (ven los números en su cabeza, no les hace falta calcular, o ‘ven’ la música en colores…), según Ramanujan relataba, sus logros matemáticos le aparecían en sueños o al despertar, siéndole comunicados por la diosa Visnú, es decir, sus capacidades serían experiencias divinas, epifanías. Cabe preguntarse cómo aparecían en su mente tantas fórmulas extrañas, tantas soluciones a problemas matemáticos complejos, tantas series sumadas. Uno puede elucubrar con la posibilidad de que en las conexiones cerebrales se encuentren contenidas, en latencia, todas las relaciones existentes en el Universo entre la materia y la energía, y que una suerte de singular configuración neuronal las desvelaría, siendo Ramanujan el poseedor de esa configuración. O eso, o bien la interpretación de que la diosa Visnú se las transmitía, es decir, como si por acción divina se entregase a un cerebro humano el misterio cifrado del Universo.

Y otro al que considero un genio, el rumano Mircea Cartarescu, autor del libro Solenoide, aunque mi ignorancia acerca de su vida y de sus fuentes e inspiraciones me impide encasillarle. ¿Por qué considero genio al autor de Solenoide? Porque la complejidad de la obra solo la podría tramar y resolver un genio, y porque utiliza para ello una prosa exquisita, detallista y cristalina. Sería un fatuo empeño por mi parte pretender dar un significado a Solenoide, ni siquiera querer trazar una imagen reconocible de la obra…, ni siquiera un bosquejo. Sí puedo nombrar las quimeras y realidades que circulan por sus páginas. Puedo nombrar larvas, insectos, parásitos, alucinaciones, sueños, quimeras, supradimensiones espaciales y temporales, seres extraordinarios, conjeturas matemáticas, mecanismos esparcidos por diversos lugares de Bucarest donde existe un túnel que conduce a otros mundos, a otras dimensiones y a otros seres. Puedo nombrar un profesor de instituto en una Bucarest comunista, mísera, fría y destartalada; puedo nombrar su infancia, sus relaciones amorosas, el enigma de su diario…Pero nada de cuanto nombre produce una idea, siquiera aproximada, de Solenoide.

Sin embargo, si puedo entrever (y esta es una razón muy particular) una correspondencia entre la obra de marras y el Manuscrito Voynich. Ese manuscrito repleto de extrañas e inexistentes plantas, de planetas y símbolos cósmicos, de mujeres desnudas que parecen ser arrastradas por tubos o canales de fluidos de colores, de señoras gordas bañándose en un recinto con agua verde…, una obra elaborada a comienzos del siglo XV, escrita con un alfabeto indescifrable. En una obra y otra se exhibe un catálogo de fenómenos y seres extraños, en ambos se desarrolla un mundo que solo se percibe mediante ultrasentidos y ultradimensiones, en ambos aparecen naturalezas mudables. Tengo para mí que Solenoide pretende ser el Manuscrito Voynich del siglo XXI, literario, con una prosa clara, excelsa, que describe al detalle los seres más extraordinarios.

ACERCA DE DIOS

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EL PREJUICIO

Siendo uno de los recursos más útiles y utilizados en nuestra labor de vivir y sobrevivir, el prejuicio tiene mala prensa. Parece como si ya no fuese necesario, incluso, parece como si poseer un cierto conocimiento de los individuos o de los asuntos con los que vamos a tener que lidiar fuese cosa abyecta. Sin embargo, percibir de antemano las intenciones ajenas ―siquiera un esbozo de ellas―es una cuestión de vital importancia para nuestra supervivencia. Poseemos exquisitos resortes mentales para reconocer en los gestos de la cara, manos y brazos, en la prosodia de las palabras, en lo que expresan los ojos…, las intenciones que otro humano refleja hacia nosotros. Categorizamos etnia, sexo, color de piel, edad, grupo al que pertenece, comportamiento, y otras muchas señales que ‘el otro’ nos envía, y lo elevamos todo a una nueva categoría en función de la seguridad o inseguridad que nos suscita. Así que el prejuicio actúa como advertencia de lo que podemos encontrarnos y, por ello, como guía de nuestra acción futura.

Pero tal vez otra forma de prejuicio pase más inadvertida:  la apreciación que hacemos de los valores artísticos y culturales. En un museo, uno puede haber pasado por delante de una obra pictórica sin llamarle en lo más mínimo la atención y, tras percatarse de que se trata de una obra maestra de un renombrado autor, volver a ella con muestras de gran interés, deteniéndose en sus detalles, apreciando ahora una belleza y significación que antes le pasó inadvertida. Uno puede empezar a leer Por el camino de Swann, de Marcel Proust o el Ulises de Joyce sin conocer la fama de tales libros y tales autores, y juzgar al poco que le parecen aburridos, pero ¡ah!, cuando un supuesto entendido le informa de lo indispensable de esas lecturas, del reconocimiento de que gozan los citados autores, de la innovación literaria que aportaron…, entonces, todo cambia. Entonces, al decidirse a leer esos libros de nuevo, las palabras transitadas anteriormente poseen otra magia, en las oraciones aparecen encantamientos inusitados, los párrafos destilan ahora aromas y significados nuevos. Ahora, el prejuicio formado con la información recibida actúa como una varita mágica que transforma lo que era tosco y aburrido en delicia para los sentidos. Algo semejante se podría decir de tantas y tantas expresiones artísticas que, por haber alcanzado reconocimiento social, se consideran excelsas.

Pero tal fenómeno tiene lugar también con las ideas filosóficas, con el psicoanálisis, con el llamado materialismo científico de Marx… el prejuicio construye en buena medida el juicio que el individuo emitirá acerca de la verdad o de la falsedad encerradas en ellas. Ahora bien, en estos casos interviene también, y muchísimo, la ideología que el tal individuo tenga a gala defender, es decir, su pertenencia o no al rebaño que sigue tal o cual ideología. O, con otras palabras, las aberraciones cromáticas y esféricas de las lentes ideológicas con que miran el mundo.  

Toda esa información que nos llega antes de enjuiciar a un sujeto o a una sociedad, una novela, un cuadro, una escultura, un mérito…, constituye el prejuicio que tenemos de antemano acerca de aquello sobre lo que vamos a emitir tal juicio. Evidentemente, en la mayoría de ocasiones nos resulta imprescindible como guía para mantener nuestra opinión acorde y conciliada con la opinión social, aunque, también, puede ser que nos den gato por liebre, puede ser que la información provenga de unos pocos ‘entendidos’ que tengan un interés especial en tergiversar la información de comunican, y que, de esa forma, consigan engañar durante mucho tiempo a la mayoría de no entendidos; puede ser que el prejuicio que nos imbuyen sea torticero, que sea un fraude interesado. Desde mi humilde opinión, para acercarse al conocimiento y a la verdad, yo aconsejaría confrontar siempre el prejuicio con la realidad a examinar y sobre la que opinar, pero no dejar que el prejuicio, mediante su influencia, determine en todas sus partes el juicio que solo a la razón corresponde tomar.

LÓGICA DE LA CONFRONTACIÓN

El atentado contra Trump y el reciente asesinato de Charles Kirk han sido obra de dos jóvenes fanatizados, dos jóvenes mutilados mentalmente mediante una ideología que predica el odio. Se sentían redentores del mundo tenebroso que para ellos representaban las dos víctimas. Si bien tales hechos parecen aislados no significa que sean fortuitos, pues obedecen a una lógica de confrontación bien estudiada y planificada por muchos intelectuales desde un siglo a esta parte. Gramsci, Marcuse, Laclau, Judith Butler y Foucault son algunos de los más conocidos creadores y promotores de tal lógica. Pero otros muchos han contribuido también a su desarrollo: catervas de intelectuales como aquellos judíos de la Escuela de Frankfurt, los filósofos posmodernistas y conocidas postuladoras de la ideología de género.

En líneas generales, la finalidad de esa lógica ha sido –y es– la de imponer contra viento y marea el socialismo en Occidente. Bien podemos decir que pasando por encima de cualquier razón y de cualquier barrera. Los apóstoles del socialismo mencionados dirigen sus esfuerzos a la destrucción del capitalismo y de los valores sociales existentes, aunque no se distinguen precisamente por la coherencia de sus doctrinas. El Marcuse más pragmático es elocuente al respecto: si los proletarios de Marx han abandonado su fervor socialista (sus palabras: han perdido su negatividad contra el sistema), los cambiamos por feministas, inmigrantes, ecologistas, delincuentes, parados, lumpen…Los miembros de la Escuela de Frankfurt: si la Ilustración era nuestro baluarte, ahora nos estorba. El posmodernismo filosófico: dejemos de llevar la razón como estandarte; pongamos en su lugar la emoción, el sentimiento, el relato. Las promotoras de la ideología de género: plantemos la semilla de la locura y del absurdo en todos los corazones. En resumen, todo vale si es para la causa del socialismo.

Para esa causa, dos hechos muy importantes tuvieron lugar al principio de la década de los noventa, Fidel Castro y Lula da Silva organizaron el Foro de Sao Paolo (al que acudieron Dima Rousseff, Bachellet, Correa, Daniel Ortega, los Kirchener, Hugo Chávez…), un foro de comunistas y guerrilleros en el que acordaron pasar de puntillas por la guerrilla y el comunismo, y beber del cáliz de ecologismo y del feminismo. Les iba en ello la supervivencia. El segundo hecho o episodio fue la infiltración del nuevo socialismo en los departamentos de humanidades de las universidades norteamericanas (en las universidades francesas ya estaba instaurado).

El foro de Sao Paulo, donde se crearon artimañas, fraudes y estrategias de confrontación, fue resultó productivo, muchos mesías del nuevo socialismo llegan al poder. Lula da Silva en Brasil en 2002; Nestor Kirchner en Argentina en 2003; Tabare Vázquez en Uruguay en 2004; Evo Morales en Bolivia en 2005; Michelle Bachelet en Chile en 2006; Rafael Correa en Ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua en ese mismo año; Mario Funes en El Salvador en 2009; Cristina Kirchner en Argentina en 2007; José Mujica en Uruguay en 2009. Pero una serie de circunstancias, la desaparición de Chávez en 2013 y la de Fidel Castro en 2016, la pobreza, la falta de libertades, la miseria sobrevenida en Venezuela con Maduro, la corrupción de algunos de esos mesías[1], el cierre de medios en Venezuela y Nicaragua, el narcotráfico bajo la protección del Estado en Bolivia y Venezuela, hizo que casi todos los nombrados perdieran el poder en los años siguientes.

Pero los foros seguían produciéndose. En 2019 se celebra uno en el Estado de Puebla, en Méjico. El llamado grupo de Puebla ve llegado el momento de recuperar el poder en Iberoamérica y de realizar una transición rápida hacia el socialismo. ¡Y la inteligencia del enjambre se muestra! Los mesías socialistas del río ideológico iberoamericano mandan agitar el frasco. Con pocos días de diferencia, en octubre de 2019 estallan revueltas en Ecuador y Chile. En Ecuador, para derrocar al gobierno de Lenín Moreno, que estaba subordinado a Correa pero que lo traicionó al permitir que la Justicia lo persiguiera. En Chile, para tumbar al presidente Sebastián Piñera, que había mostrado una gran debilidad al firmar la agenda 2030[2] a instancias de Michelle Bachelet de la ONU. En noviembre una nueva revuelta en Colombia y a principios de 2020 en Perú. El resultado de las revueltas fue que en Chile ganó las elecciones de 2022 el izquierdista Gabriel Boric Font, y en Colombia ganó el izquierdista Gustavo Petro; y en Perú, el mismo año, ganó el izquierdista Pedro Castillo. La eficacia de agitar el frasco es inmensa; los tibios, los biempensantes, los pusilánimes, se acobardan con las revueltas y prefieren la victoria de la Izquierda como mal menor. ¡Piensan que no irá tan mal!

Lo novedoso de estas revueltas es que en todas ellas hacen participar al elemento indígena y se practica el victimismo contra España. Cualquier triquiñuela vale.

En el mismo periodo, como si se tratase de una acción conjunta, el Black Lives Matter y los grupos Antifa, principales agentes de la revuelta, tomaron especial relevancia con la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco el 26 de mayo de 2020 en Minneapolis. La revuelta fue la ocasión perfecta para el propósito del Partido Demócrata de poner a Trump contra las cuerdas y sacarlo de la presidencia norteamericana unos meses después.

Adelantémonos al presente. Las tensiones, los conatos de revuelta, los enfrentamientos sin motivo aparente que se están produciendo en España, en Francia, en algunos países sudamericanos como Argentina y en Norteamérica, tal parece que obedezcan a la preparación de otro salto revolucionario con la finalidad de conquistar el ‘cielo’ del socialismo. Mucho me temo que este que viene va a ser un otoño muy caliente. Las tribus mediáticas, los adalides de lo woke, del victimismo y de la locura de género, se están movilizando a marchas forzadas (la excusa de Palestina por ahora), la Europa de la agenda 2030 promete más censura y menos libertad y democracia, en Norteamérica las universidades arden. Las deudas de algunos países ya han desbordado lo sensato y serán buena excusa para instaurar el socialismo. Todo parece ya dispuesto para dar el golpe. Francia o España pueden encender la mecha.

En el libro IDEOLOGÍA Y REVOLUCIÓN se exponen estas y otras muchas razones y hechos con muchísimo más detalle. La génesis de estos movimientos, sus características, las ideas y los pensadores de donde nacieron, su implantación social, las alianzas con las élites financieras…


[1] Lula da Silva ha pasado varios años en la cárcel por ese motivo, y Correa es prófugo de la Justicia de su país.

[2] En palabras de el Secretario General de la ONU, António Guterres, la agenda 2030 contiene unos Objetivos de Desarrollo Sostenible que son la vía para lograr una globalización justa y un futuro mejor para todos: superar la pobreza y la desigualdad, combatir la crisis climática, avanzar hacia la igualdad de género y construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, libres de discriminación y odio, en armonía con la naturaleza. Por delante tenemos menos década de acción para hacer realidad esa visión.

JETAS, BOLAS DE NIEVE,  NECIOS Y CIVILIZACIÓN

Sobran motivos para creer que este país está rodando hacia el abismo. Son hechos evidentes que están arrancando con descaro nuestras raíces culturales e históricas; que la convivencia social se está yendo al garete en todas partes; que se están cercenando nuestras libertades y derechos…

Los psicólogos dicen que los humanos somos los únicos seres vivos capaces de prever las consecuencias de nuestros propios actos, pero eso solo es cierto, y no siempre, en cuanto al efecto inmediato y en casos muy simples. De otro lado, más que en la previsión, la filosofía, a fin de singularizar al ser humano y ponerlo en relevancia, siempre ha puesto el énfasis en designar a la razón como principal gestor de nuestro comportamiento, aunque, en realidad, los verdaderos gestores y promotores de nuestros actos son los deseos y los sentimientos.

En atención a lo dicho, la actualidad social nos muestra que la gran mayoría de personas no perciben las consecuencias que acarrearía el llevar a cabo las acciones que propugnan, las ideas que defienden o las empresas que acometen. Para ponerlo de manifiesto voy a utilizar como ejemplos tres acontecimientos de la actualidad (de entre una infinidad que podrían servir a ese propósito). Acontecimientos tales como la entrada indiscriminada de migrantes africanos ilegales, como la permisividad para con las formas culturales de los migrantes musulmanes que chocan de frente con nuestras leyes y con los valores de nuestra civilización, y, por último, el trato discriminatorio en favor de la mujer en muchos tipos de situaciones y de actividades. Tales sucesos, si bien se trataron de justificar al principio con un argumentario de ‘necesidad’, compasión universal y justicia, pronto su dinámica les sacó de quicio y pronto produjeron efectos devastadores en nuestra sociedad.

Vayamos al lío. De manera directa o con subterfugios, un gran número de personas del ámbito ‘progre’ se han expresado a favor de abrir de par en par las fronteras a la inmigración ilegal. Unai Sordo y Pepe Álvarez, secretarios generales de CCOO y de UG respectivamente, Pedro Almodóvar y otros muchos han hecho declaraciones en ese sentido. Los englobo en el tipo IDEOLÓGICO-JETA que luego explicaré.  En fin, preguntémonos ¿cuáles serían las consecuencias de llevarse a cabo dicha apertura? Voy a utilizar un símil al respecto.

Soltamos una piedra desde la cima de un montículo nevado con buena pendiente. La piedra echa a rodar pendiente abajo, adhiriéndose a ella la nieve del sendero que traza, de manera que va formándose una bola blanca que crece y crece hasta hacerse gigantesca e imparable. Soltar la piedra es como abrir las fronteras a los inmigrantes ilegales. Más de mil quinientos millones de personas habitan África. Una parte significativa de ella se verían arrastrados por ese ‘efecto llamada’. La bola de nieve sería de un tamaño monstruoso. ¿Es eso lo que pretenden los JETAS nombrados?

Otra piedra semejante: la permisividad social y legal, así como el favoritismo económico, hacia la inmigración musulmana. Como ocurre en muchas ciudades europeas, en algunas españolas ya existen barrios exclusivos en donde rige la Shariá en lugar de las leyes de nuestro país, en donde incluso se practican algunas costumbres bárbaras como la ablación del clítoris o los matrimonios forzados. Sin embargo, lo que resulta más perverso desde el punto de vista social es que en esos barrios fulge de forma mayoritaria la intención de acabar con la democracia y con la civilización occidental y, por el crecimiento demográfico que experimentan (crecimiento regado con ayudas surgidas de nuestros impuestos), en no mucho tiempo lo conseguirán.

La tercera piedra: las leyes discriminatorias a favor de las mujeres y de la llamada ideología de género. Nadie a estas alturas desconoce el gigantesco muro de desconfianza que se levanta entre personas de uno y otro sexo en ciertos temas y relaciones…; los cientos de miles de denuncias falsas sin perjuicio alguno para las que así denuncian (oficialmente no hay denuncias falsas, ya que se obvia investigarlas, pero hasta el mismo ministro promotor de la ley y uno de los magistrados del tribunal constitucional que la dio por buena, las han sufrido, así como otros ardientes defensores de dicha ley). Con las ingentes cantidades de dinero recibidas por las feministas radicales se ha promocionado el odio hacia los hombres, la disminución de nacimientos, la desaparición del mérito para optar a un puesto, la introducción de la ideología de género en los colegios…, con el resultado, silenciado, de más de ochenta mil intentos de suicidio de jóvenes cada año.

Sin prever las consecuencias, los políticos, los activistas ideológicos y los necios que no ven más allá de sus narices, han promovido que se lanzaran estas piedras que ahora son bolas enormes de nieve y que están arrasando la convivencia en España. Los políticos, por cobardía algunos y todos buscando un rédito electoral a corto plazo. Los activistas, por mero odio, por mero deseo destructivo y con la pretensión de vivir a costa de su griterío. Los necios, por simpleza. Así que la bola de nieve sigue aumentando de tamaño y arrasando nuestras raíces, nuestra cultura, nuestra civilización y nuestra convivencia. El globalismo, con sus multimillonarios y sus tecnócratas bien parapetados, aporta las piedras y retira los obstáculos para que rueden sin impedimentos, pero es la ideología quien las lanza. Una ideología que carga de odio y de sentimientos destructivos los corazones de sus leales. Y si los activistas son generalmente ciegos cuando no locos, pues el resentimiento ideológico les pone una venda en los ojos y en sus corazones desarraigo, son los JETAS los más perversos, pues atisban la destrucción que ocasionará la bola de nieve rodando cuesta abajo y no hacen nada al respecto, al contrario, favorecen su rodadura.

Se está llevando a cabo el desmantelamiento de una civilización forjada durante miles de años sin que muchos de los promotores de tal felonía tengan previsión alguna de la irremediable ruina social que acarreará, aunque otros muchos, aquellos cuyo único sentido de la vida es el destruir, estén al tanto y disfruten con ello, si bien, sufrirán las consecuencias también. Porque en esa sociedad europea y española nos convertiremos en siervos de la gleba, aunque sin raíces con que alimentar el espíritu, sin libertades, controlados al detalle, empobrecidos. Esa sociedad ha sido posible por la servidumbre y la cobardía de políticos que se enrocan en “a lo hecho, pecho” o por una ignorancia sectaria que les impide mirar la realidad. Y la hacen posible las huestes de activistas, ciegos de ideología y resentimiento. Y, también, los simples que obedecen sin entender y los pusilánimes que no saben decir “esta boca es mía”. Por la acción irresponsable de todos ellos se está derrumbando la civilización occidental.

El colapso de la Democracia

Toynbee considera que las civilizaciones tienen su nacimiento, juventud, crecimiento, florecimiento y decadencia. Algo semejante expone Spengler en relación con las culturas humanas. Sir John Glubb en su The fate of empires habla de los imperios en lugar de las civilizaciones, pero, en el aspecto que nos ocupa, son intercambiables.  Expone una serie de imperios que eclosionaron, florecieron y declinaron en periodos de aproximadamente 250 años. Todos ellos recorrieron estas fases: edad de eclosión, edad de la conquista, del comercio, de la abundancia, del intelecto y, finalmente, la edad de la decadencia.

De modo semejante, podemos hablar en la actualidad del Decaimiento de la Democracia.  Ésta se está desvaneciendo en Occidente, dando paso a un sistema de gobernanza de las élites en modo de tiranía o agrupación mafiosa que ni tan siquiera tiene o siente la necesidad de ofrecer cuentas al ciudadano. Voy a exponer algunos rasgos de tal decadencia.

Si durante la edad de la conquista los valores de la disciplina, el espíritu guerrero, la honra, el sentido moral obligado en la conducta, el sentimiento de orgullo de pertenencia, son muy altos, en la edad de la abundancia tales valores se relajan muy rápidamente. Cuando los imperios y civilizaciones alcanzaban esta edad contrataban a mercenarios para su defensa, tomaban esclavos, importaban trabajadores manuales, y tribus bárbaras irrumpían en busca de riquezas. A esa inmigración le sigue la corrupción de las élites con apoyo de los profesionales de la opinión. Entonces empieza la edad de la decadencia.

El decaimiento de la democracia empieza con un deterioro de su calidad producido por:

  • Un crecimiento acelerado del Estado
  • Una multiplicación de leyes e impuestos que empobrecen a la población y limitan el comercio.
  • Un debilitamiento de las instituciones democráticas
  • La concentración de todos los poderes del Estado en manos de los políticos gobernantes
  • La creación de una amplia y fiel red clientelar que actúa de muy diversas maneras y en todo momento como salvaguarda del régimen.
  • Una rígida censura que impida la disidencia.
  • El adoctrinamiento ideológico de la población.
  • La destrucción por todos los medios del enemigo político.
  • El desprestigio o la aniquilación de los valores sostenidos por la democracia
  • .La imposición de la mentira, el engaño, la impostura, el fraude…en el lugar de la verdad.
  • La conversión de la educación en ideología e ignorancia
  • Un sistema coercitivo propio de las dictaduras comunistas.
  • Una jerarquización rígida y piramidal del sistema político
  • Un sistema político constituido por vividores
  • Un deterioro de la moral social a la par con el crecimiento de la inmoralidad de los gobernantes
  • ….

Todos esos puntos ya están en buenos términos. Solo falta el remate, el colapso, a menos que la sociedad reaccione y la dinámica de las edades se tuerza en el caso de la democracia. No olvidemos que la democracia es una anomalía en la historia de la humanidad, así que se ha de apuntalar para que no se derrumbe en compañía de sus valores y para ello hemos de hacer frente a los que pretenden desmantelarla

La controversia Sholstakóvich y otros enredos

Muchos de sus familiares, biógrafos y amigos señalan que Dimitri Sholstakóvich (1906-1975), uno de los más grandes compositores soviéticos del siglo XX, tenía un carácter dubitativo, sensible y medroso (uno de sus conocidos puso en duda que alguna vez hubiese dado un ‘no’ por respuesta). Tales cualidades resultan poco apropiadas para defender, a cara descubierta, su verdad y sus ideales en la época estalinista, si bien su inteligencia, su genio y su grandeza nos hacen creer que poseía una callada pero latente rebeldía contra el sistema soviético.

Todo esto viene a cuento de la siguiente pregunta: ¿fue Sholstakóvich un entusiasta defensor de Stalin y del comunismo soviético, tal como muchos grandes músicos e intelectuales rusos, europeos y americanos afirmaban en los años setenta (incluso su propio hijo), o, por el contrario, fue un disidente clandestino que, para sobrevivir, tuvo que adaptarse a las circunstancias políticas, tal como afirmaron otros muchos intelectuales de todo el mundo (incluso su propio hijo) cuando cayó la Unión Soviética? Esto es, ¿fue su adaptación sincera o fingida?

Tal controversia surgió cuando, a su muerte, Solomon Volkov publicó una biografía del músico en la que defendía el fingimiento, señalando que la versión de que algunas de sus frases musicales atacaban a Occidente y ensalzaban a Stalin era falsa, y que más verdad tiene la versión inversa, aquella de que con su música atacaba Stalin.. Esto lo cambió todo. Ni que decir tiene que las críticas y las acusaciones de falsario contra Volkov llovieron de todas partes. La sinceridad de la adhesión del músico al régimen soviético era entonces un verdadero dogma. Sin embargo, una vez desaparecida la URSS, cambiaron las tornas y la versión Volkov prevaleció entre intelectuales y críticos musicales. Bien, ya que a mí me interesa el dilema Sholstakóvich como ejemplo, echemos un vistazo al clima moral, cultural y político antes de su muerte y después de la Perestroika y del derrumbe soviético.

El clima cultural de los años setenta, principalmente en Europa, era gestionado y dominado en Occidente por una intelectualidad rendida a las ideas del comunismo. En la otra esfera, en la URSS, la represión social y el servilismo hacia el Partido estaban muy vivas. Tales razones hacían que la supuesta sinceridad de la fe de Sholstakóvich en el comunismo resultara entonces incuestionable. En cambio, cuando cae el régimen soviético y cuando Fukuyama publica El fin de la historia y el último hombre, el clima dicho cambia radicalmente. Buena parte de la intelectualidad cambia de ‘bando’, esto es, de opinión en cualquier asunto político (y no es extraño, los intelectuales cambian sus juicios al compás del cambio de los vientos políticos).

De manera general, las verdades y opiniones de ciudadanos e intelectuales se adaptan al clima cultural reinante y a su régimen de vientos. El temor a ser penalizado por discrepar de lo que la moral y la política es dictado como correcto (el temor al ostracismo, a la cancelación, al linchamiento social, o incluso al enjuiciamiento y a la prisión) obran ese milagro.

En cuanto a Sholstakovich, creo que en la angustia de su rostro se refleja el gran miedo que tuvo que padecer –y hay evidencias de que estuvo en el punto de mira de los verdugos—, y creo también que si hubiera sufrido una adaptación-conversión sincera al comunismo, por esa conformidad de vivir al amparo de la ideología que uno profesa, los rasgos de su rostro no serían tan angustiosos, tan constreñidos por el miedo, sin rastro de mácula alguna de alegría. Personalmente, creo que supo fingir para salvar su vida (hay toda una ristra de familiares y amigos suyos que sufrieron el horror de Stalin).

El temor es el más potente modelador de conductas. Prever una situación de peligro o un castigo en caso de tomar una cierta decisión, expresar un determinado juicio o seguir un inadecuado comportamiento, hace aparecer el temor de llevarlas a cabo. Ante previsiones de tal cariz, el individuo y el colectivo se adaptan a lo moral y políticamente correcto, esto es, cambian su modo de actuar, decir y enjuiciar. Sobre todo, si el individuo es medroso y ha sido seducido con cantos de sirena, ilusiones paradisiacas o el simple garrote hacia las bondades que tal adaptación presenta.

En esas labores adaptativas, los líderes políticos y sus ideales, así como los líderes morales y sus ideales, actúan siempre cogidos de la mano. Unos y otros saben que ellos solos serían inválidos, caminarían a pata coja, con el peligro constante de ser derribados. Mil años se mantuvieron la aristocracia y la Iglesia así enlazados. En los tiempos de cambio ético que corren, otros son los líderes morales: feministas, ecologistas, animalistas, neocomunistas, que constituyen lo que yo llamo la Iglesia Unificada de los Agraviados; y otros son los aristócratas: tecnócratas, dueños del poder financiero-tecnológico, altos líderes políticos. Ahora como entonces, unos y otros caminan tomados de la mano.

La semejanza de los cantos de sirena en las distintas épocas se muestra claramente en la educación que se ofrece al ‘populacho’. Durante toda la Edad Media y hasta fechas relativamente recientes, el credo religioso y la figura de un dios terrible presidían el ejercicio educativo. En la URSS era figura dominante de la educación la metodología marxista. Durante buena parte del franquismo lo fue la Formación del Espíritu Nacional. En nuestros días, todo lo preside la perspectiva de género. Cierto es que en ocasiones no se produce una completa adaptación, sino tan solo una simulación. El individuo se comporta y dice lo que no siente ni cree, guardando para sí el antagonismo que las ideas proclamadas le producen. Pero la simulación es una tarea ardua, requiere el llevar una máscara sobre el rostro en cada ocasión que interacciones socialmente; y la máscara aprieta dolorosamente las carnes. En razón de esa dificultad, los individuos, sobre todo los pertenecientes a un colectivo social, con el tiempo se adaptan al credo del colectivo de manera rotunda y sincera. Hacen suyas las ideas y los juicios del grupo social, y, si nos referimos a una gran entidad social como puede ser un Estado o a una gran comunidad lingüística, se adhieren a la moral establecida en ella y a la corrección política que en ella se observe.

Un ejemplo bien claro de esa sincera y rotunda adaptación nos la ofrece la muerte de Stalin. Muy probablemente no hubiese una sola familia en Rusia que no hubiese sufrido la pérdida de un hermano o un padre o un hijo, o bien penas en algún gulag por el terror que puso en marcha el terrible Stalin. Sin embargo, a su muerte, toda Rusia lloraba con un grado de conmoción que difícilmente podía ser parte de un fingimiento o de un simulacro. Otro ejemplo muy evidente nos lo ofreció Felipe González cuando propuso que el PSOE dejara de ser marxista. Según una encuesta de entonces, el 85% de los militantes que hasta entonces se habían declarado como tales, dejaron de serlo. Si se convierte el pastor, le sigue el rebaño, aunque siempre quede algún recalcitrante.

Para finalizar, decir que las Iglesias y de las aristocracias saben que uno de los mejores látigos es el miedo a lo sobrenatural. Se temía a un dios terrible que te amenazaba con castigos eternos. Ahora es el miedo al Calentamiento Global, al cambio climático o al padecimiento y muerte del planeta en que vivimos. Siempre tienen un dios a mano con el que atemorizar.

EXPIACIÓN

Llovía con inusual fuerza esta mañana (las hortensias de mi pequeño jardín agradecen el regalo del cielo) cuando de pronto me vino a la cabeza la gran estupidez alegada por Manuel Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, con la finalidad de dar pábulo al supuesto peligro de un supuesto cambio climático de origen antropogénico: “ La madre Pachamama se está vengando”. Tal declaración es toda una muestra de pensamiento mágico: una deidad, la Pachamama o Madre Tierra, nos castiga por el pecado de producir C02 y, como expiación, nos exhorta a ser más pobres para apaciguar a la deidad dicha.

Otros tipos de pensamiento mágico se propagan mucho últimamente. Buen ejemplo de él es esa majadería de culpar al varón blanco heterosexual de hoy en día de crímenes horrendos cifrados en la conquista de América, en las Cruzadas o en el comercio de esclavos, hechos que tuvieron lugar hace varios cientos de años. Creo que el proceso psicológico que conduce a lanzar tales disparates es complejo.

En primer lugar, la ideología de los agraviados delimita y separa en el corazón de su rebaño de súbditos el Bien y el Mal, los Buenos y los Malvados (lo hace de forma tan torcida que coloca a los musulmanes en el lado de Bien, cuando el propósito y la acción del islam ha sido siempre la expansión mediante la conquista, cuando eran los musulmanes quienes capturaban a los africanos y los vendían a los comerciantes de esclavos).

En segundo lugar, la ideología exige que los blancos occidentales de Occidente han de expiar su culpa por tan abominables crímenes del pasado humillándose ante los supuestos descendientes de aquellos agraviados de entonces, negros, árabes e indígenas americanos principalmente. Esto es, los que tienen el mismo color de piel de los agraviadores de hace quinientos o mil años, deben humillarse ante los que hoy tienen el mismo color de piel de aquellos a los que se agravió cientos de años antes. La foto nos muestra  a la señora Pelosi, presidente entonces de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, arrodillada, con la cabeza inclinada, pidiendo perdón a los miembros del Black Lives Matter  por no se sabe qué ofensa cometida contra ellos.

En tercer lugar, una vez que el “culpable” ha reconocido su culpa y se humilla, actúa la tendencia a la autojustificación de los pecados propios o elusión de responsabilidad personal, unida a la expiación suprema que la ideología dicta. Esta expiación del varón blanco heterosexual de Occidente consiste en declararse él mismo en víctima inocente, ¿víctima de quién? Víctima del enemigo ideológico: el capitalismo. Aquí paz y después gloria.

La ideología ha encauzado los corazones de sus huestes contra su gran enemigo, el capitalismo. Si eres anticapitalista formas parte del Bien, de los buenos, ya no eres culpable de las malvadas acciones de “tus antepasados”. Por fin, el pensamiento mágico ha convertido la gaseosa argumental en dinamita política.

FEUDALISMO POSMODERNO E IGLESIA DE LOS AGRAVIADOS

En Europa, durante varios cientos de años, el trabajador de la tierra estuvo sometido a dos principales gravámenes: el diezmo a la Iglesia y el pago en especie y servicios a los nobles feudales. Aquellos campesinos de entonces somos los ciudadanos de ahora, pero, ¿existe una nueva Iglesia que ejerza el papel de constricción que ejercía aquella? y ¿existe una nueva nobleza feudal a la que estemos sometidos en derechos, riqueza y libertad?

Indudablemente, los grandes señores del Globalismo, representados en el Club de Roma, el Club Bilderberg, el Foro de Davos, el Alto Comisionado de la ONU y en otras instituciones transnacionales, no ocultan su labor de control del ciudadano, de recaudar gabelas, de administrar, conceder o denegar derechos y libertades, de establecer conflictos militares, e incluso de dictar nuestro canon moral, cultural y económico. En toda la amplitud del término, ejercen de señores feudales, aunque no veamos sus castillos sobre altozanos y aunque aquellas pequeñas villas se hayan convertido en monstruosas ciudades. Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas de Grecia, en ese mismo sentido, lo restringe a lo que denomina Tecnofeudalismo, una nueva forma de Capitalismo en donde los dueños del capital ejercen su poder desde la Nube. Como aquellos otros del pasado, este nuevo feudalismo nubelista no obtiene beneficios, sino rentas, pues el beneficio es vulnerable a la competencia del mercado mientras que Google, Android, Apple, Meta, Amazon y otros, no compiten, se encuentran en la cúspide de la nube y obtienen sus rentas  de los usuarios. En cualquier caso, en el fondo, no se perciben diferencias significativas entre la función y el poder de los señores feudales de la Edad Media y la de estos otros de nuestros días. En mi libro Ideología y Revolución destaco el papel de la nueva Iglesia que hoy impone como dogmas cada uno de los puntos de su credo. Es una Iglesia que se ha ido formando a partir del posmodernismo filosófico, que unifica en dicho credo al ecologismo, al feminismo de género, al animalismo, y al socialismo, y a la que denomino Iglesia Unificada de los Agraviados (IUA). La IUA adora a una nueva deidad, el Planeta; amenaza con su particular Apocalipsis, el Cambio Climático; pretende ejercer imperio moral sobre los ciudadanos; tiene su propia Inquisición encargada de denunciar, reprimir, cancelar, linchar a cualquier disidente o a cualquiera que no cumpla con sus dictados de corrección política; y, sobre todo, constriñe nuestra libertad y nuestros derechos en un grado que recuerda al del catolicismo en la Alta Edad Media.

Bien, el nuevo feudalismo globalista y la IUA, como en la Edad Media, tienen un pacto de unión para el dominio de la población. Como en aquella época, una bicefalia intenta dirigir Occidente concretando una agenda (2030-2050) que acabe con los antiguos valores e imponga otros nuevos; que disminuya drásticamente la población mundial; que nos haga más pobres, dóciles, ignorantes y serviles. Estamos inmersos en el proceso.

VER LOS TOROS DESDE LA BARRERA

Que tres personajes de la calaña de Koldo Gacía, Ábalos y Santos Cerdán, con estudios, cultura y conocimientos muy por debajo de la media española fuesen la guardia pretoriana que llevó al poder al –según los entendidos, psicópata de manual—Pedro Sánchez, y que ocupararan altos cargos del gobierno, figurará en los libros de historia. Que Sánchez se haya apoderado del país y lo esté llevando al Totalitarismo, a la destrucción y a la miseria sin que los ciudadanos y las instituciones tengamos resortes para impedirlo, será sin duda objeto de profundos análisis.

Tamaña obscenidad ha sido posible por la conformación de tres grandes colectivos: los Estúpidos, los Conformistas y los Vividores. Hago una simple caricatura de ellos.

.-ESTÚPIDOS

De acuerdo con la Teoría de la Estupidez de Bonhoeffer, son aquellos incapaces de cuestionar; aquellos que renuncian a la capacidad crítica y siguen la del grupo; los que carecen de autonomía intelectual y rechazan todo cuanto desafíe su visión del mundo. Los conocemos bien, están embebidos de una ideología cuyo motor es el resentimiento, no son conscientes del impacto de sus acciones y elecciones, y desprecian la razón y la verdad. Hoy en día nos gobiernan. La estupidez se asienta con independencia del nivel intelectual del individuo, pues el que no quiere ver no ve.

.-CONFORMISTAS

Su pasividad ante los hechos es un factor necesario para que el Totalitarismo se imponga. Son personajes que temen la presión social y se adaptan fácilmente al marco moral y político de esbozan los más agresivos. Se irritan por los hechos pero disimulan la irritación, Actúan como los antiguos conversos y a veces se les conoce como “derechita acomplejada”, pues nunca decalarán en público su confesión política. Un ejemplo ilustrativo nos lo ofreció Rajoy, practicando en política la llamada Suerte de Don Tancredo (el sujeto se queda inmóvil ante el toro, en el correcto supuesto de que el astado solo embiste a lo que se mueve), consistente en no hacer ni decir nada que desagrade a los Estúpidos. En resumen, los conformistas siempre ven los toros desde la barrera.

.-VIVIDORES

Este colectivo es muy amplio y diverso, y lo forman quienes –faltándoles miras más largas—sacan tajada del proceso destructor y totalitario.

Empresarios en busca de subvenciones, exenciones o contratos a dedo por parte de la Administración.

Miembros de algunas ONG que, camuflados tras la máscara del altruismo, allanan el camino de la destrucción (p.e. trayendo inmigrantes ilegales) a cambio de un trabajo cómodo y noemalmente bien remunerado, y con la posibilidad de negocios de dudosa moralidad.

Animalistas, medioambientalistas, sindicalistas, feministas radicales y otras hierbas, que, con agresividad, ejercen de sans culottes del Robespierre de turno a cambio de cuantiosas dádivas, chiringuitos sin cuento, mando en la plaza y suculentos cargos en la Administración.

Respecto a los ingenuos que creen que Europa nos salvará, solo tengo que añadir que en Europa ocurre lo mismo.

EVOLUCIÓN DE IDEAS Y ESPECIES

A ver si me explico. El león, tras tomar muchas bifurcaciones en un largo camino evolutivo de lucha contra el medio hostil, se ha conformado en atención a su fiereza y poder. El guepardo, llegando por otro camino y tomando otras bifurcaciones evolutivas ha asentado su supervivencia en la velocidad. En cambio, el camino evolutivo de otras especies, en otros medios, ha seguido el rumbo de adquirir llamativos rasgos que les proporcionasen ventaja para el apareamiento sexual.

Así, el pavo real despliega un hermoso plumaje en competición con otros machos para atraer a las hembras a copular. Con el mismo propósito, los ciervos macho exhiben la magnitud de su cornamenta y su gran berrido en la competición.

Imaginemos que el medio en que se desenvolvieron los ancestros del león y del guepardo no hubiera sido hostil, es decir, que no hubieran tenido que luchar por el alimento ni por la defensa de su vida. En tal caso, su norte hubiera sido el del pavo real y el ciervo, la adquisición de vistosos rasgos para obtener primacía en el apareamiento, por lo que el león y el guepardo resultarían mucho más vistosos (desde el punto de vista de las hembras), pero sin su poderío y velocidad. Y, puestos a imaginar, imaginemos que la reproducción de esas especies hubiera podido ser asexual. Bueno, entonces, sin selección natural ni sexual, cualquier bifurcación habría sido posible, es decir, existiría un sinfín de formas y rasgos distintos en cada especie,  los animales carecerían de habilidades y capacidades reseñables y el más ligero contratiempo pondría su supervivencia en grave peligro.

Bueno, con el mundo de las ideas sucede algo semejante. Ciñámonos a Europa para evitar dispersiones y que el asunto tenga más coherencia. En un mundo muy hostil aparecen por doquier ideas religiosas que prometen esperanza y consuelo en el Más Allá. Al cambiar la forma de la hostilidad del medio en el siglo XIX, aparece la Ciencia, la creencia en las bondades del comercio, y aparece el comunismo, que en su esencia es una idea religiosa que traslada el paraíso a la Tierra. Otras tendencias, propensiones, mutaciones o bifurcaciones aparecían frecuentemente, pero poseían rasgos poco aptos para el hostil hábitat de los europeos en ese siglo. Los cátaros, el vegetalismo y otras ideas previas tuvieron poco recorrido y fueron podadas del acervo de la población.

Ahora imaginemos que en Europa se hubiese desterrado la hostilidad del medio, es decir, que las necesidades alimenticias hubiesen estado bien cubiertas, no hubiera habido guerras y se hubiesen respetado todas las ideas (vaya, una utopía socialista). Algo así, excepto porque las necesidades no estaban cubiertas, tuvo lugar en la India durante algunos siglos en que apareció el budismo, el jainismo y millones de dioses hindúes.

Bien, en la Europa de la segunda parte del siglo XX se perdió esa hostilidad de que hablo y todas las ideas, unas más propensas al desarrollo que otras, se pudieron desarrollar sin poda. Entonces, la locura humana abrió sus fauces y exhaló ideas con contenidos, formas y coloridos extraños, fétidos en muchos casos. Lo de que la mujer es un constructo social, el transexualismo percibido, el ofenderse y denunciar por una mirada o un piropo, la deificación de la naturaleza, la santificación del sufrimiento animal, la idea de vengarse por hechos que tuvieron lugar hace mil años, la idea del lecho de Procusto aplicado a lo social en temas económicos, políticos, de trabajo e incluso de belleza, la idea de disminuir la población mundial a cien millones o de hablar de dignidad de árboles y montañas, la idea de no tener hijos para que no maltraten a los animales o para mantener el planeta a salvo…y, en fin, la idea más peregrina de todas, la de acabar con la población humana sobre el planeta para que éste se salve.

Conclusión: las ideas religiosas, las utopías, el misticismo, el budismo, el taoísmo, el confucionismo…, ideas que penetraron en la conciencia humana durante siglos, tenían funciones beatíficas tales como llevar esperanza y consuelo a las gentes, evitar su sufrimiento, desapegarlo de las ilusiones materiales, producirle paz y tranquilidad…Eran ideas destinadas a producir bienestar humano. Habían sido seleccionadas por su eficacia en esa misión. Sin embargo, las nuevas ideas sobrevenidas por la falta de hostilidad social, sin poda ni selección alguna, parecen destinadas a producir malestar, confusión y caos. Y es que si las ideas previas tenían como intención el bien de la humanidad, las nuevas surgen del resentimiento y su intención es la de destruir. Y recuérdese que el resentimiento y el rencor son fuerzas muy poderosas y dañinas, por esa razón se podaban o depuraban.

Marcuse, el predicador iracundo

Herbert Marcuse fue un filósofo alemán que por su ascendencia judía tuvo que refugiarse en EEUU. De la lectura de uno de sus libros más rutilantes, El hombre unidimensional, uno saca la conclusión de que odiaba a todo el mundo, y fruto de ese odio le nació la pretensión de imponer, urbi et orbi y a toda costa, el socialismo. Lo del odio no es una exageración; en el libro mencionado arremete contra la ciencia, la tecnología, el análisis lingüístico, contra la filosofía analítica, contra el operacionismo, contra Wittgenstein, contra Erich Fromm, contra las amas de casa que ven la televisión y contra los obreros, que han perdido su negatividad (que no le hacen puñetero caso).

En las últimas páginas del libro, decepcionado con los proletarios de Marx, proclama quienes han de formar la nueva vanguardia proletaria: los proscritos, los extraños, los perseguidos de otras razas y colores, los parados y los que no pueden ser empleados (es decir, delincuentes, homosexuales, migrantes, minorías étnicas, minusválidos, feministas, medioambientalistas…). Dicho con claridad: si los proletarios de Marx no están por la labor, escogemos otros. Imponer el socialismo que bulle en mi cabeza es lo que importa.

El método que predica para lograrlo es el método clásico del socialismo: revolución y reeducación. “Quitarles las diversiones para que estallen, dice, para sumergir al individuo en un vacío traumático”, prohibir, atacar a quienes no comulgan con nosotros, conseguir que el malestar cambie su conciencia (vamos, no tendrás nada y serás feliz).

En otro de sus libros, Eros y civilización, realiza juegos de magia y de alquimia con el metapsicoanálisis freudiano, lo mezcla con Orfeo y Narciso, con el juego erotizado, y con el mejunje así preparado nos quiere convencer de que la llegada del socialismo es inevitable (aquí reluce ya la agenda 2030).

El caso es que, puesto que las formas tienen mucho más éxito que el fondo, sobre todo si son estrambóticas, los dos libros mencionados fueron la Biblia de los jóvenes universitarios de los años sesenta y setenta (quiénes si no: están en edad rebelde, tienen aún la cabeza hueca, creen en todo tipo de fábulas y se piensan sabios), latiendo con fuerza en Berkey en el 64 y 68, en París en mayo del 68, y en la formación y desarrollo del movimiento hippie.

En fin, Marcuse fue el primer heraldo y clarín anunciador y promotor de la locura Woke de la Iglesia Unificada de los Agraviados (IUA) que rige nuestros destinos morales en la actualidad. Después de su Evangelio surgieron los filósofos posmodernistas franceses, compitiendo entre ellos por destruir la razón e imponer su locura en la sociedad occidental, pero ésta es otra historia para ser contada en otro momento.